Un sueño hecho realidad
No se me ocurre mejor manera de describir lo que siento después de haber corrido en la Pyrénées Race, hemos hecho realidad un sueño que teníamos desde hace muchos años.
Como todos los sueños, o al menos los que merecen la pena, no ha sido fácil llegar hasta aquí, incluso en esos días en el que lo estábamos cumpliendo ha habido momentos complicados, pero teníamos claro el objetivo y que podíamos lograrlo, así que no nos rendimos.
Llegábamos a la primera etapa repletos de energía e ilusión. Tanta, que ni siquiera el día entero lloviendo consiguió desmoralizarnos.
Se hizo la hora. Las 18:06. Por fin estábamos en la salida.
Estábamos nerviosos, impacientes, emocionados… Pero dominamos la tensión de tal manera que pareciámos incluso tranquilos esperando a que nos diesen la señal para salir, no nos hacía falta ni handler para sujetar a los perros, parecíamos un equipo de profesionales, como los que nos rodeaban.
¡Y allá vamos!
La nieve estaba muy blanda, lo que hizo que acortaran el recorrido, y que fuese un esfuerzo extra tanto para los perros como para los mushers.
Aún así, nuestros perros hicieron una gran etapa, disfrutamos muchísimo corriendo, y eso que la lluvia, la niebla y la noche oscura nos impedían ver los maravillosos paisajes por los que pasábamos…
Debido al estado de la nieve, se decidió aplazar la segunda etapa que estaba prevista para la mañana siguiente a la tarde, lo que nos dejó la mañana libre para relajarnos y disfrutar del día soleado.
Y al atardecer llegaba de nuevo la hora de disfrutar.
En esta manga la nieve ya estaba en perfecto estado, los perros corrieron muy bien y, aunque cometimos algunos errores en varios cruces, disfrutamos muchísimo de ese paisaje de cuento al atardecer.
Pocas horas después y con muy poco tiempo para descansar daba comienzo la tercera y última etapa, de nuevo con la nieve en perfecto estado.
Enseguida se notó el cansancio de los perros que llevaban un ritmo mucho menor que los días anteriores, probé varios cambios en el orden de los perros en la línea, Grey Wind iba liderando al equipo junto a Maya y mejorando un poco el ritmo de todos, hasta que en el kilómetro 15 aflojó y le vi que ya no podía más, él quería seguir, pero yo sabía que se estaba esforzando demasiado y que podía ser perjudicial para él seguir tirando, así que decidí quitarle del tiro y hacer el resto de la etapa con él metido dentro del saco.
Una difícil decisión, quitar al perro que mejor había corrido, lo que elimina toda su potencia en el tiro, para además meterlo en el saco, lo que nos hace llevar 30 Kg extra de peso… Pero era lo mejor para Grey Wind, así que era lo mejor para el equipo.
Nada más entrar en meta el equipo veterinario revisó a Grey Wind para comprobar que no era nada grabe, sólo el cansancio propio del esfuerzo que había hecho.
Fuimos el último equipo en cruzar la meta, pero estamos orgullosos de haber sido el «farolillo rojo» de la Pyrénées Race, en la que además nos concedieron el premio al mejor equipo rookie de la carrera.
Gracias a mis perros, mis compañeros de equipo, unos auténticos campeones: Maya, Grey Wind, Kay, Max, Kenai, Buck y Summer, que lo han dado todo, como siempre, y gracias a Kira, porque siempre será parte de ésto.
Gracias a todos los que habéis estado a nuestro lado, con vuestro ánimos, vuestros mensajes, vuestros consejos vuestra ayuda…
Gracias a mi familia, amigos y compañeros del Club Canicross Burgos, muy especialmente a los que vinisteis a ayudarnos y a vernos en la carrera, mi padre, Noemí, Iris, Nil, Martine y Serge.
Gracias a nuestros colaboradores, Fausto Motor (por fin hemos puesto a prueba el Terrain Response de nuestro Range Rover Evoque, y ha tenido un comportamiento impresionante), Stangest (gracias a su producto Anima Strath hemos podido preparar mejor a los perros para esta aventura), GROC, Al-Límitebicis y Piensos Vicario.
Gracias a la organización, a Pierre e Isabell por su magnífica gestión, pero también a la estación de la Plateau de Beille, que nos dejó unas pistas espectaculares, a los veterinarios que en todo momento velaron por el bienestar de nuestros compañeros de equipo, a los fotógrafos, que han inmortalizado esta aventura, y a todos los voluntarios que, incluso en los momentos mas difíciles, eran capaces de animarnos y levantarnos el ánimo con una sonrisa.
Y gracias a todos los equipos que compartieron con nosotros esta carrera, que en todo momento nos animaron, nos aconsejaron, nos ayudaron… Es un placer compartir estas aventuras con gente como vosotros, con la que prima el compañerismo, la amistad y la deportividad a la competición.
Gracias todos vosotros, se ha creado el espíritu de la Pyrénées Race, que nosotros también llevamos ya dentro para siempre.
Todos acabamos cansados, pero felices de lo que habíamos conseguido, hacer un sueño realidad.
¡Volveremos!
Mushing You!